La peana nevada, marca de la casa, para que ligue con la mesa de juego donde jugamos casi siempre... y porque es muy fácil de hacer...
Al final el brillo de la espada encendida ha quedado más suave de lo que esperaba. Iba con cierto miedo de liarla, y ya la tuve que repetir cuando se me cayó pintura desde la cazuelita del aerógrafo justo encima de ella...
La cabeza no la he pegado al cuello porque encaja perfectamente y así, de paso, se puede girar para sesiones de fotos dignas de Derek Zoolander.
Impresionante, un resultado tan bueno siendo tan sencillo. Enhorabuena! :D
ResponderEliminarUn trabajo estupendo; limpio y efectivo.
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