Habitantes
En la actualidad se estima una población de unos 8.900.000
habitantes. Esta cifra contrasta enormemente con el momento de mayor
productividad de la cúpula donde había un censo de 37.890.200 habitantes
registrados (y probablemente 3 millones más no registrados). Parte de los
pobladores que quedan hoy día descienden de los constructores e ingenieros
originales de las plantas de procesado de alimentos, muchas generaciones atrás.
Hoy día, el 80% de la población son las familias dedicadas
al mantenimiento y uso de la maquinaria, la cual nunca ha efectuado paradas ni
tan solo para que los operarios accedan a ella para reajustar y mantener. A
causa de esto, el número de agentes de mantenimiento necesarios es muy elevado,
a fin de poder ir sustituyendo las bajas en la plantilla a medida que ocurren
las decenas de accidentes laborales a la semana.
El resto de población censada oficial de la Cúpula Macellum
la conforman diferentes estratos del Adeptus Administratum y Adeptus Arbites,
así como una pequeña representación de los Comerciantes de Necromunda. Son
estos grupos los que tienen cierta libertad para entrar y salir de la cúpula,
manteniendo un contacto con el resto del submundo y la ciudad colmena sobre sus
cabezas.
El 90% de la población sigue rindiendo culto al Dios
Emperador, como cabe esperar en un planeta del Imperio. Además, estos fieles
tienen un hueco en sus catedrales y sacristías dedicadas al culto del Dios
Máquina de Marte debido al pasado de la cúpula. Durante la construcción de las
instalaciones los Adeptus Mecanicus supervisaban los trabajos, dirigiendo homilías
y misas dedicadas al espíritu máquina de cada fábrica. Estas costumbres todavía
se mantienen a día de hoy.
Las condiciones de vida en la Cúpula Macellum son un caldo
de cultivo para las mutaciones de casi infinidad de infrahumanos y decadencia
en general. Esto ha llevado a que el Culto Redencionista tenga un lugar cada
vez más importante en la población local. Año tras año hay fugaces brotes de
violencia hacia mutantes y supuestos herejes inducidas por sacerdotes de la
Redención o bandas siguiendo la ley de la casa Cawdor.
Por otro lado, el desaliento en general que se vive en la
cúpula, una sensación generalizada de abandono del Dios Emperador y la
facilidad de pasar desapercibidos por las fuerzas de defensa planetaria en las
profundidades de la Ciudad Colmena ha hecho surgir varias sectas y parroquias
dedicadas a los Dioses Oscuros. Los Cultos al Caos son un peligro mortal para
el Imperio pero, a esta escala local, pasan muchos años hasta que crecen tanto
como para que las autoridades imperiales se den cuenta de su existencia antes
de que sea demasiado tarde.
Y finalmente, el pequeño número de tribus Piel Rata que se
han visto por la cúpula sigue con sus creencias animistas, respetando a los
espíritus de la colmena y defendiendo sus lugares sagrados de la decadencia del
resto de pobladores.
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